Afectación del discurso gracias a las diferentes estructuras sintácticas
Afectación del discurso gracias a las diferentes estructuras
sintácticas
Todos los
hablantes tenemos formas diferentes para emitir un mensaje y causar un impacto.
La comunicación, como proceso social, tiene variantes; tiene estrategias para
lograr su objetivo final; así el español—como otras lenguas romances—se basa en
métodos morfológicos y sintácticos para dar significados—o
intenciones—diferentes a las oraciones, y, por ende, a los párrafos y textos
más grandes.
Dentro de la
amplia variedad de estudios gramaticales, nos encontramos dos categorías que se
encargan de la forma y la relación de las palabras dentro de las oraciones: la
morfología y la sintaxis. La morfología es la parte de la gramática que se
encarga de estudiar la forma de las palabras (morfós, forma y logós,
conocimiento); por otro lado, la sintaxis es la parte de la gramática que se
encarga de estudiar las relaciones y combinaciones que tienen las palabras para
producir significados mediante oraciones.
De esta forma,
se referirá a continuación los principales métodos sintácticos que tiene el
lenguaje para modificar el mensaje y causar una impresión diferente.
Orden de los diferentes elementos de la oración
En nuestra
lengua, tenemos un orden “estándar” para construir oraciones, el cual cae en el
siguiente esquema:
Sujeto + verbo + complementos
El niño come moscas
Este orden, que es el más común,
lo usamos para indicar la importancia del sujeto, puesto que, el primer
elemento del enunciado siempre va a ser más importante. En este sentido, en la
oración anterior, se resalta la figura del sujeto al ponerse al inicio de la
oración. Si cambiáramos el orden, entonces la importancia de los elementos
también cambiaría:
Complementos + verbo+ sujeto
Moscas come el niño
En el ejemplo anterior, la
importancia la tiene el complemento, no el sujeto que ejecuta la acción. De la
misma forma, si cambiamos nuevamente el orden, la importancia va a recaer en el
otro elemento.
Verbo + complementos + sujeto Come moscas el niño
En este último ejemplo, la
importancia recae en el verbo, luego en el complemento y por último en el
sujeto. Ahora bien ¿por qué es esto importante? La respuesta es simple: el
elemento de mayor importancia va a resaltar y va a llegar primero a la psique
del interlocutor, lo que hará que tenga un impacto mayor y que preste menos
atención a los otros elementos.
Si analizamos los siguientes
ejemplos se notará más el efecto que tiene la distribución de los elementos:
1. La
niñera rompió las vasijas de cerámica
2. Las
vasijas de cerámica rompió la niñera.
3. Rompió
las vasijas de cerámica la niñera.
Así en el primer enunciado, la
importancia está en “La niñera”, en el segundo en “las vasijas” y en el
tercero, en el verbo “Rompió”. De este modo, la primera oración se centraría
más en culpar a la niñera, mientras en que en las otras dos se le da un papel
menos culpable. Ahora bien, ¿Cómo podemos hacer que la responsabilidad
desaparezca aún más en el discurso? utilizando los diferentes tipos de voz.
La voz activa y la voz pasiva
El español, como otras lenguas
indoeuropeas, dispone de dos mecanismos muy eficientes para variar el mensaje
de forma que mayor o menor responsabilidad caigan sobre el sujeto. En este
sentido, la voz activa es aquella en la que el sujeto ejecuta la acción
determinada por el verbo. Así, en estas oraciones, los hablantes interpretamos
que ese sujeto gramatical actuó con volición, es decir, que esa acción fue
ejecutada intencionalmente.
Ejemplo:
Pedro rompió la ventana.
En esta estructura, hay un orden
establecido de los elementos que apuntan a que el elemento “Pedro” tenga cierta
voluntad de romper la ventana, se marca claramente que él tuvo consciencia de
romperla, ahora, si queremos enfatizar más en el resultado, sin denotar quién
lo hizo, vamos a cambiar a la voz pasiva.
En la voz pasiva, el sujeto no
hace la acción directamente, sino que es un agente, que no tiene semánticamente
tanta volición como el sujeto en la voz activa. Para entender mejor, vamos a
pasar la oración anterior de activa a pasiva.
·
La ventana
fue rota
·
La ventana
fue rota por Pedro.
·
La ventana
se rompió
En estos ejemplos, lo que más
importa en el nivel comunicativo es el resultado de lo sucedido con la
ventana—estar rota—no tanto el sujeto que la rompió, como ocurriría con la voz
activa.
Oraciones impersonales
Otra estrategia efectiva para
cambiar el grado de responsabilidad del sujeto oracional es el uso de oraciones
impersonales. Las oraciones impersonales son aquellas en las que no se
encuentra el sujeto. El principal objetivo de estas estructuras es ocultar el
sujeto, puesto que no importa, no es relevante, o el hablante conscientemente
quiere elidirlo. Por ejemplo:
Me regalaron un libro.
Se encontraron 1000 gramos de coca en la playa.
Dicen que mañana no hay lecciones.
Uno sabe que ese no es el camino correcto.
En cada una de las oraciones
anteriores, se puede notar con claridad que el sujeto no se expresa, este
ocultamiento se puede hacer por diferentes motivos, los cuales pueden ir desde
evitar referirse directamente alguien, o incluso, por motivos políticos o
ideológicos.
Ejercicios
1.Piense en contextos en los
cuales se recurre normalmente a este tipo de estrategias. Explique por qué se
utilizan.
2. ¿Qué tipo de estructuras usa
normalmente en su trabajo? ¿Por qué?
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